Papel crítico 65
Ricardo Sánchez Martín*
Universitat Ramon Llull
Sociología del Deporte Autores: Manuel García Ferrando, Núria Puig Barata, Francisco Lagardera Otero, Ramón Llopis Goig y Anna Vilanova Soler (compiladores) Páginas: 272 Editorial: Alianza Editorial, 2017 (4.ª edición) Ciudad: Madrid |
Sociología del deporte (2017, 4.ª edición), un libro que cuenta con una trayectoria de más de veinte años, se ha convertido en una obra de consulta obligatoria no sólo en los estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, sino también para todos aquellos que deseen obtener unos conocimientos actualizados sobre las relaciones entre el deporte y la sociedad. Escrito por trece autores especialistas en la materia, es una obra actualizada, equilibrada y bien estructurada, capaz de funcionar como manual introductorio y, a su vez, como texto especializado. Debido a la imposibilidad material y personal para reflexionar sobre todos los temas tratados en el texto, me remitiré brevemente a algunos de ellos.
En el primer capítulo, los autores Manuel García Ferrando, Francisco Lagardera Otero y Núria Puig Barata, analizan los vínculos entre el deporte y la sociedad globalizada del siglo xxi y sientan las bases de la Sociología del deporte en España. Para ello, dan las claves del pensamiento de clásicos de la Sociología como Durkheim, Marx y Weber y perfilan algunos de los planteamientos teóricos más utilizados en sociología del deporte: la perspectiva funcionalista, la perspectiva marxista, la perspectiva figuracional y la perspectiva feminista. En efecto, podemos teorizar el deporte como mecanismo de integración y cohesión social, interpretarlo como instrumento ideológico de control en un orden social injusto, presentarlo como una figuración social básica para la consolidación de la sociedad moderna, o bien, actualizar las teorías feministas con los planteamientos posestructuralistas que pueden dar lugar a una interpretación plural de los géneros, la diversificación de los feminismos y el replanteamiento de las políticas de identidad de género en el ámbito del deporte. A pesar de que se han eliminado en este apartado el estructuralismo y el enfoque del deporte como sistema abierto que estaban presentes en anteriores ediciones, su impronta se deja ver transversalmente en la mayor parte de capítulos del libro. En cualquier caso, es de agradecer que se promueva un espacio de reflexión teórica sin militar doctrinariamente en ninguna de ellas como sucede en otros casos (Brohm, 1982; Thomas, 2000). El capítulo finaliza con un esbozo de la Sociología del deporte en España donde se indican sus orígenes, los factores de dinamización y los temas de estudio más habituales.
El capítulo segundo, de Manuel García Ferrando y Ramón Llopis Goig, estudia la estructura social de las prácticas deportivas de la población española en el contexto de los cambios sociales que han ocurrido en España en los últimos años. Así, se perfila la evolución de los hábitos deportivos de los españoles a partir de datos como el crecimiento del interés por el deporte (llegando la población española muy o bastante interesada al 67% en 2015) o el aumento de la práctica deportiva (hasta el 53% en 2015). También se abordan los cambios en los deportes más practicados, los motivos para la práctica, el significado del deporte y la forma de practicarlo. Cambios que dibujan las tendencias deportivas. Se estudian, además, los principales diacríticos sociales que condicionan los hábitos deportivos de la población, principalmente el género, la edad, el nivel de estudios y la clase social. De su análisis se infiere que son los jóvenes varones, estudiantes, urbanos, de clase alta, que viven en casa de los padres, los que tienen mejores condiciones para el acceso al deporte y un mayor porcentaje de práctica deportiva (García Ferrando y Llopis, 2017: 35). Tras el estudio diacrónico de las encuestas se destacan dos aspectos. El primero es la consolidación de unas pautas de estratificación del sistema deportivo por la variable género; y, el segundo, la pérdida de la dimensión pedagógica de la práctica deportiva centrada ahora en la salud y la relación social.
Para entender la fuerza simbólica del deporte y su potencial socializador se estudia, en el tercer capítulo —escrito por Manuel García Ferrando, Francisco Lagardera Otero, Anna Vilanova Soler y Ramón Llopis Goig—, la cultura deportiva y sus características. Se indaga sobre el cambio en los valores tradicionales del deporte y la aparición de nuevas formas deportivas donde sobresalen valores como la aventura, la autocomplacencia y la estética corporal, en correspondencia con las dinámicas de cambio de nuestra sociedad. Los autores muestran cómo se pluralizan con ello las culturas deportivas. Entre las características que favorecen su difusión y acentúa la enculturación, sería interesante resaltar más la corporalidad y entender el cuerpo como punto de anclaje de las disposiciones sociales incorporadas a través del proceso de socialización. Una socialización que surgiría de la interacción y la intercorporalidad. Condicionando la transferencia de competencias a otros ámbitos de la vida social a factores como la trayectoria social y el capital económico y cultural, entre otros.
En el capítulo cuarto las autoras, Montse Martín, Susanna Soler y Anna Vilanova, evalúan los estereotipos de género que, ligados a los procesos de socialización, configuran las culturas deportivas de hombres y mujeres. La explicación remite a las relaciones de poder y dominación establecidas y se denuncia el «espejismo de igualdad» puesto que los modelos hegemónicos de género se siguen transmitiendo de forma sutil. La lucha contra las desigualdades se focaliza en tres ámbitos específicos: educación, organizaciones y administraciones públicas. Aquí se abordan la coeducación y el curriculum oculto, las barreras que limitan la presencia de las mujeres en las organizaciones deportivas, y el paso de las políticas de igualdad a las políticas de equidad a través de medidas correctoras. Se actualiza el capítulo con la aplicación de las teorías post para deconstruir los mecanismos que configuran los modelos hegemónicos de género denunciando los discursos que normalizan cuerpos, prácticas e identidades. Esto da paso a una multiplicidad de modelos alternativos y señala la crisis de las políticas de identidad de género. Habrá que seguir su impacto en las culturas deportivas de cada género, ya que en los estudios hasta la fecha siguen planteándose mayoritariamente de forma dicotómica.
En el capítulo quinto, desarrollado por Núria Puig y María José Mosquera, para estudiar la edad, el diacrítico que mayor rango diferencial establece hasta la fecha, se toma la teoría del curso de la vida como punto de partida. Esta teoría considera que estudiar la práctica deportiva a lo largo de la vida de las personas implica analizar las estructuras y fuerzas sociales que la enmarcan y condicionan. En el caso de la infancia, esta vendrá marcada por la socialización primaria y la influencia familiar, donde los hábitos deportivos y el capital cultural de los padres se convierten en factores determinantes para el acceso a la práctica deportiva. En la juventud, el capital social, económico y cultural facilitan hacer frente a las nuevas situaciones sociales. De modo que, tendencialmente, a mayor nivel de estudios y clase social, mayores índices de participación deportiva. Se implementa el concepto de «itinerario deportivo» de los jóvenes al considerar que su práctica deportiva es variable y está ligada a las incidencias de la transición a la edad adulta. Fenómeno que puede ser extrapolable a todas las edades. La última etapa, la vejez, deviene también una transición no homogénea. Se destaca el hecho de que cada vez más personas mayores practican deporte con una frecuencia alta. Para explicar su menor porcentaje de práctica deportiva se apuesta por el «efecto generación», más cultural, frente al «efecto biológico». Comprobamos que otra vez las variables nivel de estudios y clase social son discriminantes: hay práctica deportiva más elevada en los grupos pertenecientes a las clases altas con mayores niveles de estudios. Se abunda, así, en la necesidad de utilizar siempre una perspectiva teórica interseccional.
El potencial ya anunciado del deporte como medio de integración e inclusión social se dilucida en el capítulo sexto, donde las autoras, Susanna Soler, Marian Ispizua y Nuria Mendoza evalúan la capacidad que tienen la actividad física y el deporte para contribuir a la cohesión y a la inclusión social. Esta fuerza del deporte es, para la teoría crítica, perversa, al considerarlo un mecanismo transmisor de valores utilizado ideológicamente (Brohm, 1982). Ahora bien, el potencial integrador del deporte no es automático. Por ello, la integración a través del deporte ha de ser un proceso abierto, sostenido, igualitario, integral y holístico. Y sólo se hará efectiva si alcanza otros ámbitos sociales más allá del deporte. En cualquier caso, y esta es la apuesta de las autoras, parece necesario establecer programas a través de procesos colaborativos y consensuar indicadores sociales que permitan evaluar los resultados también desde la interseccionalidad de los agentes.
La organización social del deporte, que se desarrolla en el capítulo séptimo por Manuel García Ferrando, Núria Puig y Ricardo Sánchez, es un punto central para entender el devenir del sistema deportivo español. En el capítulo se abordan las características constitutivas de las organizaciones deportivas: asociativas, comerciales, públicas, sin olvidar sus alianzas estratégicas. De su análisis se destaca la heterogeneidad de clubes deportivos en España a pesar de que la mayor parte están orientados al deporte de competición. En lo público, la expansión de modelos de gestión más cooperativos y el incremento de las formas de gestión indirecta en los municipios de mayor tamaño. Y, por lo que respecta a las organizaciones deportivas comerciales, su diversificación y creciente complejidad. El creciente impacto del sector comercial en la transformación del sistema deportivo español ha generado nuevas investigaciones que ofrecen una imagen más detallada y actualizada de este sector (Llopis y Sánchez, 2020). Por otra parte, se ponderan algunas características en la manera de practicar deporte en España con derivadas para su gestión. Así, en 2015 la práctica deportiva en espacios públicos (calles, plazas, parques, etc.) llegó al 69% de la población y en el propio domicilio al 19%. Mientras se redujeron los índices en las instalaciones públicas (pabellones, polideportivos…), 31%, y en los clubes privados, 12%. Si a ello le sumamos el bajo nivel de pertenencia a alguna entidad deportiva, el 28%, nos encontraremos con un elevado volumen de práctica deportiva no organizada, especialmente en el espacio público, que genera nuevas necesidades de gestión (García Ferrando y Llopis, 2017).
En el capítulo octavo, Ramon Llopis, Montse Martín y Manuel González, abordan un tema muy diferente, pero imprescindible para entender el deporte en la actualidad: la espectacularización del deporte. De hecho, es imposible pensar hoy el deporte sin sus aspectos más espectaculares (Martelli y Porro, 2013; Perelman, 2008). La importancia de los medios de comunicación en el espectáculo deportivo no radica únicamente en su peso económico, sino también en su papel en la difusión, actualización y globalización de las culturas deportivas. Para ello se analiza la relación simbiótica del triángulo deporte, medios y patrocinadores, así como el impacto de las TIC que abren la comunicación a la interacción bidireccional al margen de clubes o medios institucionalizados. Esta apertura en la producción del mensaje brinda más oportunidades para desviarse del discurso dominante. Se examinan cuatro ámbitos: las mujeres deportistas, la representación de la masculinidad, los contenidos raciales, y las identidades nacionales. Se constata que, al margen de las representaciones hegemónicas que aún existen, se construyen discursos alternativos que pluralizan los imaginarios colectivos, por ejemplo, a través de las reinterpretaciones del caso Caster Semenya, que abren el debate sobre intersexualidad y deporte y cuestionan el orden binario de género. También al estudiar las audiencias se confirma que las nuevas tecnologías y las redes sociales permiten experiencias más personalizadas y participativas. El consumidor deportivo es ya también un potencial productor contribuyendo aún más a la pérdida del control institucional: el imaginario social del deporte se democratiza (Pujadas y Sánchez, 2017).
Estrechamente ligado a la espectacularización del deporte se encuentran los grandes acontecimientos deportivos. En el capítulo noveno, Ramon Llopis y Manuel García Ferrando abordan la temática. Se trata de un fenómeno en crecimiento que el texto afortunadamente examina también en los aspectos más controvertidos. De hecho, se presentan los megaeventos deportivos como una expresión de la lógica del capitalismo avanzado en la sociedad globalizada. En efecto, el megaevento deportivo no es sólo una expresión de la globalización, sino su mejor instrumento (Perelman, 2008). Una globalización que se aborda a través de la articulación entre lo local y lo global, donde lo local no se entiende en oposición a lo global, sino como síntesis creativa de ambos. La emergencia de lo particular como proceso universal. Lo autores analizan los factores que han contribuido al crecimiento de los grandes acontecimientos deportivos destacando la búsqueda de un impacto local con efectos económicos, urbanísticos, turísticos y sociales. Destaca el análisis que realizan sobre los impactos en cada una de las áreas señaladas, desarrollando en todos los casos argumentos que permiten ver tanto los beneficios como los riesgos. Se denuncian, además, algunas prácticas habituales como la tendencia a sobrevalorar el impacto económico o a subestimar sus costes e impactos ambientales. En definitiva, estos autores no caen en la mirada complaciente que abunda en los posibles beneficios ignorando los negativos y reflexionan críticamente ante unos acontecimientos complejos y ambivalentes, con posiciones encontradas también entre la ciudadanía.
En el último capítulo, el décimo, redactado por Manuel García Ferrando, Núria Puig, Anna Vilanova y Maria Jesús Monteagudo, se estudia el trabajo y el ocio en el deporte del siglo xix. Las transformaciones constatadas a lo largo de los capítulos anteriores inciden en un mercado del trabajo del deporte que se estructura a partir de la articulación de tres ámbitos: actividades, profesiones y formaciones. Se trata de un mercado laboral complejo y dinámico, donde la clasificación de las actividades debe corresponderse con profesiones tipificadas y niveles de formación y cualificación exigibles. En el caso español esta articulación mantiene un debate abierto acrecentado por la diversidad de regulaciones autonómicas. Se trata de un mercado de trabajo en expansión que se caracteriza, con relación a otros ámbitos profesionales, por emplear una proporción mayor de jóvenes, con más formación académica, pero con mayores tasas de temporalidad y parcialidad. Se pueden distinguir dos sectores: primario y secundario. Entre ambos se establecen diferencias significativas con relación a la estabilidad (fijo o temporal), tareas (muchas y estables, o escasas e inestables) y salarios (con buenas condiciones o peor remunerados). El acceso a uno u otro sector laboral vendrá marcado por los itinerarios de inserción profesional, donde el título académico, siendo condición necesaria, no es suficiente, y donde la biografía se convierte en factor determinante. Se trata de un mercado dinámico donde la multifuncionalidad, adaptabilidad y movilidad son rasgos cada vez más deseados.
Los autores del capítulo se acercan igualmente al ocio deportivo mirando más allá de consideraciones económicas y comerciales. Y lo hacen al apreciarlo como una oportunidad para el desarrollo humano y vincularlo al paradigma de la experiencia. El ocio deportivo implica, desde esta perspectiva, experiencias libres, voluntarias, autotélicas y satisfactorias. Entre sus características destacan aspectos como su significación, la vivencia emocional que proporciona, su capacidad de transformación personal orientando a la mejora a través del reto. Por todo ello, lo estiman un ámbito de desarrollo personal y social. En efecto, los autores opinan que sus beneficios afectan a todos los niveles: fisiológicos, psicológicos, sociales, económicos, ambientales, y de regeneración urbana. A pesar de alguna apreciación sobre los posibles conflictos del deporte autoorganizado en el espacio público, la interpretación que se hace del ocio deportivo es positiva y funcional. Quizá se podría aludir en el texto a los debates que lo juzgan críticamente como el símbolo totalizante de la experiencia positiva y el desarrollo personal, estrechamente ligado a la ludificación del capitalismo de la emoción y a la violencia de la positividad autoimpuesta característica de la sociedad del rendimiento (Han, 2016).
Sociología del deporte (4.ª edición) es la actualización revisada en profundidad de un libro básico para el desarrollo de esta disciplina en España. Se han incorporado nuevos autores, se han reestructurado temas, actualizado datos, debatido nuevos conceptos y aplicado nuevas perspectivas teóricas. Todo ello para analizar la evolución de la actividad física y el deporte en el marco de los cambios que acontecen en la sociedad española y para dibujar con precisión el estado actual de la sociología del deporte en España. De hecho, el devenir del deporte en la sociedad del siglo xxi es un eje principal sobre el que discurren los diferentes ámbitos temáticos y uno de los puntos fuertes del libro. En este contexto de cambio, otro hilo argumental transversal es el impacto de las TIC con afectaciones en todos los campos del deporte. Teóricamente, es de destacar cómo la perspectiva de género y su actualización con las teorías post se extiende por diversos apartados con aportaciones valientes que enriquecen el debate. También la mirada holística y la perspectiva interseccional se encuentran en buena parte de los estudios recogidos, así como una reflexión crítica y no complaciente que permite un análisis comprometido con la realidad social y deportiva.
Bibliografía
Brohm, J-M. (1982). Sociología política del deporte. México: FCE.
García Ferrando, M., y Llopis, R. (2017). La popularización del deporte en España. Encuestas de hábitos deportivos 1980-2015. Madrid: CSD-CIS.
Han, B-Ch. (2016). Sobre el poder. Barcelona: Herder.
Llopis, R., y Sánchez, J. (2020, en prensa). Spain. A growing sector after the impact of the Great Recession. En J. Scheerder, H. Vehmas y K. Helsen (Eds.). The Rise and Size of the Fitness Industry in Europe – Fit for the Future? Cham, Suiza: Springer.
Martelli, S., y Porro, N. (2013). Manuale di sociología dello sport e dell’attività física. Milano: Franco Angel.
Perelman, M. (2008). Le sport barbare. Critique d’un fléau mondial. Paris: Éditions Michalon.
Pujadas, X., y Sánchez, R. (2017). El deporte como espectáculo. La aparición del deporte espectáculo y la cultura deportiva popular. En J. Busquet (Ed.). Los nuevos escenarios de la cultura en la era digital (pp. 241-254). Barcelona: UOC.
Thomas, R. (2000). Sociologie du sport. París: PUF.